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La cifra de estudiantes con discapacidad que permanecen en la universidad, disminuye a medida que avanzan sus estudios

Foto de la mesa de presentación

IV Estudio ‘Universidad y Discapacidad’

El salón de actos de la Secretaría de Estado de Servicios Sociales acogía esta mañana la presentación del IV Estudio ‘Universidad y Discapacidad’, que aborda la situación actual de las personas con discapacidad en el sistema universitario español.
 
El estudio ha sido realizado por la Fundación Universia con la colaboración del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Fundación ONCE, el Real Patronato sobre Discapacidad y la colaboración de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE).
 
La consejera técnica del Real Patronato sobre Discapacidad, Mª Teresa Fernández Campillo, ha puesto en valor “el gran trabajo que supone el estudio de la Fundación Universia y de las entidades participantes”. En su opinión, “se trata de un estudio consolidado, prestigioso y fuente de información de datos y estadísticas, por la riqueza y fiabilidad del contenido y por las entidades que han participado”. En cuanto al resultado del estudio, cree que “contiene datos que llaman al optimismo” y que “marcan el camino de lo que queda por hacer”.
 
El objetivo de este informe, elaborado por cuarto año con carácter bienal, es medir el grado de inclusión de las personas con discapacidad en el sistema universitario español relativo al curso 2017-2018 y mostrar la evolución que se ha producido durante los ocho cursos académicos transcurridos desde el arranque de este proyecto en 2011.
 
La presidenta del Grupo de Trabajo de Empleo de la Comisión de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), Nuria Grané; ha destacado el valor de la iniciativa por la continuidad del informe y ponía énfasis en que “para mejorar por una verdadera inclusión de los estudiantes con discapacidad e igualdad de oportunidades, que el objetivo sea salir al mercado laboral”. Por ello, añadía, “el siguiente paso es conectar la atención de la discapacidad hacia la orientación hacia el empleo”.
 
La directora de la Fundación Universia, Sonia Viñas; ha puesto en valor, “la trazabilidad del dato en el Estudio”. “Investigar es escuchar, por ello es tan importante la interacción con el entorno. Contrastar hipótesis del día a día y a veces descubrir cosas, que permiten ofrecer y generar innovación educativa y garantizar el derecho a una educación educativa”. 
 
En este sentido, se ha referido al Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas ODS 4, para “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todas las personas”. Y concluía con una reflexión, “Debemos ser capaces de poner en valor como país, lo que estamos consiguiendo en materia de educación superior inclusiva. La educación, si no es inclusiva, no es de calidad. Pero además, la educación, si no es inclusiva, no es educación”.
 
Este estudio ha contado con la participación de 1.720 universitarios con discapacidad, lo que supone un aumento superior al 200% sobre los estudiantes que participaron en 2016. Por otra parte, las 72 universidades (públicas y privadas) que han colaborado engloban al 96% de estudiantes con discapacidad del sistema universitario español.
 
PERFIL DEL ESTUDIANTE CON DISCAPACIDAD 
 
La directora de Programas con Universidades y Promoción del Talento Joven de Fundación ONCE, Isabel Martínez, ha destacado la importancia de este estudio, “el único que ofrece una radiografía” de la situación de las personas con discapacidad en la universidad. Según ha dicho, ofrece “pistas” de cuál es la evolución y dónde están los principales obstáculos. “A Fundación ONCE nos permite detectar dónde debemos incidir y prestar nuestro apoyo y al resto de entidades planificar dónde se necesitan más recursos”.
 
Entre los datos positivos ha subrayado el aumento del número de universitarios con discapacidad, la mayor movilidad internacional, el aumento entre el personal docente e investigador y la mejora de la empleabildad. El dato más negativo, ha advertido, “el sesgo de género importante y llamativo”.
 
De los 21.435 universitarios de grado, primer y segundo ciclo con discapacidad, representados en el Estudio, la proporción de estudiantes que permanecen en la universidad va disminuyendo a medida que avanzan los estudios universitarios, contando con un 1,8% de estudiantes de grado, primer y segundo ciclo; 1,2% de posgrado y máster y 0,7% de doctorado.
 
Por tipo de discapacidad se mantiene la tendencia: la discapacidad predominante entre los estudiantes de grado, primer y segundo ciclo con discapacidad es la discapacidad física (55,9%), y la menos representada es la discapacidad sensorial (visual y auditiva, 17,6%). Sin embargo, esta última es la que recoge mayor crecimiento a medida que se avanza en los niveles superiores (máster y doctorado).
 
Estos datos analizados, muestran que el perfil predominante de estudiante universitario con discapacidad, en las universidades españolas, es un hombre (51%) que cursa sus estudios de Ciencias Sociales y Jurídicas (54%).
 
LA MUJER EN LA UNIVERSIDAD, CUESTIÓN DE GÉNERO
 
En relación a la distribución por género, se observa que hay una menor proporción de mujeres con discapacidad que estudian en la universidad con respecto a la de hombres, con un 49,1% de mujeres estudiantes de grado, un 48,7% de postgrado y un 43,4% de doctorado. Esta tendencia se mantiene respecto a la anterior edición del Estudio. 
 
Sin embargo, contrasta respecto a la comunidad de estudiantes universitarios general donde, sin tener en cuenta la discapacidad, existe una mayor representación de mujeres en las aulas: el 45% son hombres y 55% son mujeres, según el informe de CRUE Universidades Españolas “La Universidad Española en Cifras, año 2016 y curso académico 2016/2017”.
 
Según los datos, recopilados en la encuesta realizada a los universitarios con discapacidad, un 15,2% de mujeres con discapacidad han afirmado que el hecho de ser mujer ha supuesto mayores dificultades en el desarrollo de sus estudios o ha implicado más discriminación o exclusión que la experimentada por sus compañeros hombres.
 
PROGRAMAS DE MOVILIDAD INTERNACIONAL 
 
La directora ejecutiva del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Pilar Villarino, ha celebrado que todas las organizaciones que trabajan en favor de la discapacidad avancen “en la misma dirección” y ha defendido que “hay que hacer estudios serios y rigurosos, porque sin datos no vamos a ninguna parte”. En esta línea, ha indicado que la generación de conocimiento “es esencial para el empoderamiento de las personas con discapacidad”.
 
“Es importante tejer alianzas a la hora de conseguir una universidad plenamente inclusiva. La universidad es un agente de transformación social”, ha añadido Villarino, quien también ha alertado de que sigue existiendo “discriminación y “estigma” sobre las personas con discapacidad. Asimismo, ha pedido que se trabaje para que más personas con discapacidad puedan acogerse a programas de movilidad internacional como las becas Erasmus.
 
En cuestiones de movilidad internacional se evidencia una menor salida de universitarios con discapacidad que cursa sus estudios en universidades extranjeras (4,4%) respecto a los universitarios con discapacidad que escogen una universidad española como destino (5,6%). 
 
En el curso 2017-2018 un 74% de las universidades afirma que existe participación de estudiantes con discapacidad en programas de movilidad internacional implementados en su universidad. Una mejora respecto al III Estudio donde un 60% de las universidades ofrecían estos programas. 
 
COMUNIDAD UNIVERSITARIA Y LA DISCAPACIDAD
 
El responsable de Marketing y Proyectos Globales de Fundación Universia, Ramón Rodríguez, ha prestado especial atención a la labor que desarrollan los Servicios de Apoyo a las Personas con Discapacidad de las universidades españolas. Destaca que “en estos servicios la mayoría son mujeres y en un 7% con discapacidad, lo cual supera lo que marca la Ley con creces”. También señalaba “la importancia de que cada vez más universidades desarrollen investigaciones conectadas con la discapacidad”.
 
Todas las universidades que han participado en el IV Estudio Universidad y Discapacidad cuentan con servicios de atención al alumnado con discapacidad. 
 
Más de la mitad (el 52,5%) de los 1.720 estudiantes con discapacidad que han respondido al cuestionario se han puesto en contacto con el Servicio de Atención a Personas con Discapacidad de su universidad. La valoración media que los propios estudiantes otorgan a este servicio ha mejorado de 5,9 a 7,5 puntos sobre 10.  
 
Respecto al otro 47,5% que han respondido que no se han puesto en contacto con el Servicio de Atención al Alumnado con Discapacidad de su universidad, el 40% responde que no contactó por desconocer que existía. 
 
Un total de 22 universidades han proporcionado datos sobre el número de trabajadores con discapacidad, informando que cuentan con 769 personas, de las que el 42,9% son personal docente e investigador (PDI) y 58,1% personal de administración y servicios (PAS). Esto significa que desde 2011 se dobla la cifra de PDI y PAS con discapacidad que trabajan en las universidades españolas.
 
También la discapacidad como tema de investigación en las universidades españolas se ha incrementado de 61,8% en el III Estudio, a un 64% en el actual.
 
ACCESIBILIDAD UNIVERSAL Y DISEÑO PARA TODOS 
 
El 84% de las universidades participantes en el estudio han evaluado sus niveles de accesibilidad, y un 42% ha implementado algún plan de accesibilidad universal y diseño para todos para la mejora de la accesibilidad.  También es apreciable la proporción de universidades que han certificado la accesibilidad de sus aplicaciones móviles.  
 
En cuanto a accesibilidad digital los campus virtuales (espacio virtual de aprendizaje y comunidad para los estudiantes y docentes), un 38% de las universidades cuentan con certificación de accesibilidad. Esto supone una gran mejora respecto al curso 2015-2016 donde sólo el 22% contaban con ella. 
 
Respecto a la percepción de los estudiantes de las barreras físicas en el entorno universitario, desciende la cifra respecto al anterior estudio. Hoy, el 21% (45% en el anterior estudio) afirma haber encontrado barreras de accesibilidad en la universidad, siendo las más comunes el aula (51,5%), el material facilitado por los profesores (36,6%) y los espacios comunes (34,4%). 
 
 INCLUSIÓN EN LAS AULAS: LA CLASE SOMOS TODOS
 
De manera generalizada, los estudiantes con discapacidad han señalado diferentes aspectos que mejorarían la atención a las personas con discapacidad en las universidades. Entre ellos destacan más información, atención a sus necesidades de igualdad de oportunidades en el aula y mejora de apoyos en la inserción laboral. Además, demandan mayores ayudas y becas (cuatro de cada diez universidades cuentan con programas de becas y ayudas destinadas a los universitarios con discapacidad) y mejora de la información a los docentes y de su formación en materia de discapacidad.
 
Los estudiantes exigen una mayor empatía y concienciación de la comunidad universitaria en general, para evolucionar hacia un planteamiento más inclusivo y menos paternalista de su diferencia. 
 
Más información y descarga del estudio: www.fundacionuniversia.net