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Fundación ONCE pide que la domótica apueste por entornos inteligentes adaptados a personas con discapacidad.

En el curso "Un nuevo horizonte para las personas dependientes: la domótica y las tecnologías de la información y de las comunicaciones".

El vicepresidente primero ejecutivo de Fundación ONCE, Alberto Durán, reivindicó ayer que la domótica (la tecnología aplicada al hogar) apueste por convertirse en herramienta para crear "entornos inteligentes" que se adapten a las necesidades de las personas que sufren algún tipo de discapacidad.

Durante su participación en el curso "Un nuevo horizonte para las personas dependientes: la domótica y las tecnologías de la información y de las comunicaciones", Durán explicó que la domótica se ha desarrollado de manera "desfasada", ya que se ha dirigido principalmente hacia el confort.

En este sentido, los beneficios que puede aportar a los discapacitados pueden ser numerosos, pero su aplicación se ve frenada porque las empresas están más pendientes de nuevos mercados que se alejan de las necesidades de los discapacitados, que son muchos en España, y que le darían muchos beneficios.

Según Durán, la domótica tiene que encuadrarse dentro de la seguridad, el confort, la comunicación y la gestión, para que aquellas personas que tengan algunos problemas puedan desarrollar una vida normal.

Criticó que los técnicos siempre consideren a los discapacitados como un grupo separado a la hora de poner en marcha nuevas tecnologías y recordó que la accesibilidad para alguien con deficiencia visual puede ser la misma que para personas mayores que han perdido vista con el tiempo.

Durán criticó también la "insuficiente" legislación que salvaguarda los derechos de los discapacitados en estas materias y consideró que las organizaciones que agrupan a estas personas deben anticiparse y exigir los derechos que les pertenecen.

A pesar de estas deficiencias legales y tecnológicas, hizo hincapié en el hecho de que "la barrera más importante no está en la tecnología, sino que está en la mente" de todos los ciudadanos, por lo que éste sería el primer paso hacia el cambio.

Concluyó su intervención afirmando que "el buen diseño capacita y el mal diseño discapacita", por lo que repitió que esta situación se puede solucionar "con la participación de los discapacitados a la hora de diseñar y aportar normas y leyes que solucionen y derriben todo tipo de barreras".

EL PP RECLAMA ACCESIBILIDAD UNIVERSAL

Por su parte, diferentes representantes del Partido Popular que participaron ayer en la mesa debate sobre las personas dependientes y su acceso a las nuevas tecnologías coincidieron en apostar por la accesibilidad universal como principal objetivo para acabar con la discriminación del colectivo.

En el debate, el portavoz de Discapacidad del PP en el Congreso, Francisco Vañó, calificó las deficiencias de accesibilidad como "uno de los problemas inmediatos para que los discapacitados salgan de casa".

En este sentido, Vañó afirmó que la situación ha mejorado en gran medida durante los últimos años, aunque "se tenía que hacer tanto" para adaptar el entorno a las distintas discapacidades que todavía quedan materias pendientes por tratar y progresos que desarrollar.

Refiriéndose al Plan Nacional de Accesibilidad, explicó que, en la actualidad, España se encuentra en una fase de "promoción" en la que se está intentando conseguir un ambiente de respeto y de sensibilización, encaminado a conseguir la igualdad social.

Recordó, además, que cuando se habla de accesibilidad "no se habla únicamente de escaleras", sino de hacer factible que cualquier ciudadano con discapacidad pueda disfrutar de la misma manera de los diversos entornos, productos, transportes o un acceso digno a un empleo.

La viceconsejera de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Regina Planiol, destacó la importancia de la accesibilidad a las nuevas tecnologías de la información, una "magnífica oportunidad para igualar las ventajas de las personas con discapacidad respecto al resto de la sociedad".

Argumentó que la situación de Madrid es de las mejores respecto al resto de comunidades autónomas, puesto que desde el 2003 hasta la actualidad ha incrementado su presupuesto en atención social para discapacidad y se invierten cada año unos 500 millones de euros para la dependencia.

La consejera de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, Alicia de Miguel, certificó las tesis anteriores ofreciendo una doble vía de trabajo: facilitar en la mayor medida posible la movilidad a los discapacitados y adaptar todas las nuevas tecnologías a las distintas áreas de la discapacidad.