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El Tribunal Supremo recibe a las personas con discapacidad en una jornada de puertas abiertas

Con la participación de Fundación ONCE y el CERMI
El Tribunal Supremo de Justicia (TS), máximo órgano jurisdiccional de España, ha celebrado hoy una jornada de puertas abiertas especialmente dirigida a las personas con discapacidad con el objetivo de acercar este colectivo al mundo de la justicia y fomentar su presencia en las agendas de los órganos judiciales como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Este encuentro se enmarca dentro de las II Jornadas de Puertas Abiertas que el TS celebra hasta el 29 de octubre.

La jornada ha sido auspiciada por el Foro de Justicia y Discapacidad que nació en el año 2003 con para favorecer el acceso de las personas con discapacidad a la justicia en condiciones de igualdad, así como para garantizar su protección jurídica. Está integrado por representantes de la Fundación ONCE y del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad. (CERMI), así como por representantes cualificados del Ministerio de Justicia, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado, el Consejo General del Notariado y el de la Abogacía

La delegación de personas con discapacidad que ha visitado las instalaciones del Tribunal Supremo ha sido recibida por el presidente de la Sala III del Tribunal Supremo, Ramón Trillo. Le han acompañado el secretario general del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno y el director de Relaciones Sociales e Internacionales de la Fundación ONCE, Miguel Ángel Cabra de Luna, además de las propias personas con discapacidad y representantes del movimiento asociativo.

En su intervención Trillo ha asegurado que el edificio que alberga al Tribunal Supremo es el reflejo de la importancia que el pueblo español ha dado siempre a la justicia y ha mostrado su confianza en que la labor del Foro de Justicia y Discapacidad siga traduciéndose en “acciones beneficiosas tanto para la justicia como para las personas con discapacidad”.

Por su parte, Cabra de Luna ha agradecido a los asistentes su interés “por conocer más de cerca el funcionamiento de la justicia, donde el ejercicio de los derechos y las obligaciones a las que como ciudadanos nos hemos comprometido, se debe hacer efectivo, buscando la justicia, la no discriminación y la Accesibilidad Universal, junto con la acción positiva de los poderes públicos que nos llevará a una sociedad más justa en la que la integración de las personas con discapacidad y sus familias sea más justa”.

Durante la visita al máximo órgano judicial español el jefe de comunicación del CGPJ, Carlos Berbell, ha ilustrado a los invitados con la historia, el arte y el funcionamiento de las distintas estancias que integran el esplendoroso edificio.

El edificio actual sede del Tribunal Supremo de Justicia fue en sus orígenes el Convento de la Visitación de Nuestra Señora, conocido como Las Salesas Reales. Las obras se iniciaron en el año 1750 y se concluyeron ocho años más tarde. Inaugurado el edificio y consagrada la Iglesia, se convirtió en un Convento que recibió a nobles religiosas e incluyó entre sus muros una residencia palaciega para la Reina en previsión de una posible viudedad, acontecimiento que no sucedió, aunque si fue enterrada en la cripta de Las Salesas hasta que se labró su cenotafio definitivo.

El movimiento revolucionario que puso fin al reinado de Isabel II, dio al traste con esta institución docente. Con la desamortización civil y eclesiástica se incautó el Estado de este edificio y se destinó el ex convento a Palacio de Justicia.

El 5 de mayo de 1915 el palacio quedó destruido por un incendio y las obras de reconstrucción comenzaron en 1921, conservándose lo esencial del viejo Monasterio sin destruir su estructura interna de patios y galerías e inspirándose en el estilo dieciochesco del original.

El actual Palacio de justicia ha sufrido numerosas reformas y rehabilitaciones en su interior para adaptarse a sus funciones como sede exclusiva del supremo órgano jurisdiccional, siempre con ánimo conservador de respeto a este patrimonio histórico, pero consiguiendo una sede moderna y funcional. El Palacio consta de cinco plantas, articuladas en torno a dos grandes patios.