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HOY SE CELEBRA EN MADRID LA PRIMERA REUNIÓN INTERNACIONAL SOBRE INVESTIGACIÓN TRASLACIONAL Y MEDICINA INDIVIDUALIZADA
LA REUNIÓN ESTÁ ORGANIZADA POR LA FUNDACIÓN JIMÉNEZ DÍAZ, CON LA COLABORACIÓN DE LA FUNDACIÓN FARMAINDUSTRIA, LA FUNDACIÓN ONCE Y EL INSTITUTO ROCHE
La Investigación Traslacional es una nueva disciplina, cuyo objetivo es la rápida aplicación de los resultados de la ciencia básica a la práctica clínica, que incorpora aspectos de ciencia básica e investigación clínica. Por ello, no se puede llevar a cabo de forma aislada en los Departamentos Básicos de la Universidad o en los centros exclusivos de Biología Molecular. Su desarrollo precisa de la estrecha colaboración entre estos últimos centros y los hospitales, donde se desarrolla la Investigación Clínica. Hoy se celebra en Madrid la primera REUNIÓN INTERNACIONAL DE INVESTIGACIÓN TRASLACIONAL Y MEDICINA INDIVIDUALIZADA organizada por la Fundación Jiménez Díaz y Capio, en colaboración con la Fundación Farmaindustria, la Fundación ONCE y el Instituto Roche. El encuentro, servirá para que profesionales de diversas especialidades Médicas y Científicas analicen y compartan conocimientos en Farmacogenética y Farmacogenómica, y para debatir las aportaciones de estas áreas de investigación a la Medicina Individualizada. En palabras de Julio Benítez, Vicepresidente de la Sociedad Española de Farmacogenética y Farmacogenómica y encargado de impartir una de las conferencias magistrales de la jornada, “uno de cada tres pacientes no responde adecuadamente a la terapéutica con fármacos. Esto es debido a diferencias interindividuales en la respuesta a los fármacos, causadas por la interacción de nuestros genes con diversos factores ambientales”. La Farmacogenética podría permitir que al menos la mitad de las respuestas inadecuadas a medicamentos puedan ser previstas y evitadas. En este sentido, Julio Benítez afirma que “si trasladamos a nuestro país los resultados de un estudio sobre reacciones adversas a fármacos en pacientes hospitalizados, alrededor de 300.000 pacientes hospitalizados sufrirían efectos adversos serios y más de 12.000 morirían a causa de ellos cada año. Una reducción a la mitad de esas magnitudes sería enormemente significativa, tanto en términos de calidad de vida como en términos económicos”.