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Más de 750.000 mujeres con discapacidad soportan una doble discriminación para acceder al empleo

Foto de una persona con discapacidad trabajando

Según datos del observatorio Odismet, cofinanciado por el FSE

Según los últimos datos del estudio del INE, El empleo de las personas con discapacidad, y odismet.es, el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo en España, las mujeres con discapacidad en edad laboral (16-64 años) superan las 750.000 personas. Porcentualmente son menos que los hombres con discapacidad en edad laboral, dado que representan el 42% del total.
 
Entre ellas apenas hay un 4,4% de jóvenes de 16 a 24 años, porcentaje que se eleva hasta el 25,3% en el segmento de mujeres de 25 a 44 años y se dispara al 70% (más de medio millón) en el tramo de 45 a 64 años, cifras muy parecidas a los presentados por los hombres con discapacidad. 
 
Las mujeres con discapacidad siempre han sido víctimas de una falta de oportunidades. Sin embargo, en relación a su cualificación académica Odismet ofrece un dato esclarecedor: las mujeres con discapacidad muestran una tasa de formación superior más elevada que los varones con discapacidad: un 17% de universitarias (el 13,6% para los varones). En el aspecto formativo, no obstante, las personas con discapacidad distan de los ratios de la población sin discapacidad si se observa que las mujeres sin discapacidad con estudios superiores son el 34,6%, casi 18 puntos más. La respuesta se halla en los factores de desigualdad antes citados, que vienen actuando como lastre.
 
Su talón de Aquiles, la baja tasa de actividad ya que esta se sitúa en el 33,1%, frente al 55,1% de las mujeres sin discapacidad, y a ello se suma que un número importante de quienes buscan activamente empleo se encuentran en situación de desempleo. La tasa de paro es del 31,1%, casi 8 puntos por encima de la tasa de paro de las mujeres sin discapacidad que ya de por sí es más elevado que la media.
 
El año 2015 cerró con un total de 94.893 de contrataciones a mujeres con discapacidad en España, el 39 por ciento del sector social de la discapacidad. Éstas se concentran en el tramo de edad intermedia, entre los 25 y los 45 años, y supone el 54,48% de los contratos. Por contra, las mujeres jóvenes con discapacidad apenas registraron 5.400 contratos, un 5,7%. Por otra parte, el porcentaje de mujeres que trabaja de manera autónoma es del 8,4% frente al 12,6% de las mujeres sin discapacidad.
 
De las mujeres con discapacidad se dice que soportan una ‘doble discriminación’ -como mujeres y como discapacitadas  que no solo las hace más vulnerables a la violencia de género, sino que en ellas inciden factores adicionales de discriminación aleatorios. En unas, la falta de accesibilidad por vivir en un entorno rural –casi 180.000 mujeres–, con menores oportunidades para formarse; en otras, el paternalismo familiar; en las más, la desigualdad salarial –cobran un 18% menos que los hombres/ salario anual bruto–, y otros lastres añadidos. 
 
Si ellas ganan, gana la sociedad
 
Mejorar su formación profesional, ofrecer apoyo y medios para desplegar su talento y facilitar su tránsito al empleo, su vocación emprendedora, es el objetivo de Fundación ONCE y de Inserta, su entidad experta para la formación y el empleo de las personas con discapacidad, que desde el año 2000 vienen desarrollando con recursos propios y del Fondo Social Europeo sucesivos programas operativos para hacer realidad su inclusión. A través de Inserta, con la cofinanciación del FSE, desde 2009 más de 20.250 mujeres con discapacidad han conseguido un empleo, la clave de la verdadera inclusión social.